jueves, 13 de noviembre de 2008

La historia de dos hermanos



Estas pocas líneas intentaran contar la triste y magnífica historia de dos hermanos, la que se sitúa en el transcurso del siglo XIX.
Ambos vivieron y compartieron sus infancias en donde les inculcaron los mismos deseos de libertad e igualdad. Nacieron en la misma cuna humilde y generosa del hogar medio, pero al crecer maduraron sus ideales y las bondades que querían lograr. Sus caminos se separaron y siguieron distintas metas.
El primer hermano, que nació años antes, se llamaba Romántico, y el segundo, como contradicciones designadas por el destino, se llamaba Realista. Los dos se instruyeron en el arte de las letras, la Literatura. Se informaron y construyeron hechos que les impulsaba y realizaban a hacer en sus tiempos, crearon Historia. Quisieron profundizar no sólo sus conocimientos, sino que también el por qué del querer, saber y desear de las cosas, apoyados por la filosofía que desarrollaron en sus tiempos junto a otros hombres. No está demás contar que eran grandes fanáticos de pintores totalmente distintos. Romántico respetaba notablemente a Eugene Delacroix, siendo su obra favorita “la Libertad guiando al pueblo”. Y contrastantemente a Realista le gustaba Ernest Messonier, quién retrató “La Barricada”.

Para ser mas claros, Romántico y Realista vivieron la transición de un mismo siglo. Al final se descubrirá que uno perece antes y el otro dejo vestigios que hasta hoy en día podemos encontrarlos (y quién sabe hasta cuando seguirán estos progresando). Uno se convirtió en un revolucionario, deseoso de liberar su yo interior guiado por corazonadas. Y el otro fue el iniciador de la clase de hombre progresista, guiado por el deseo de evolucionar y mejorar el exterior en donde se desarrolla el Ser Humano. Romántico tenía como Bondad una constante y afanosa introspección sobre el por qué de todas las cosas y hechos debido a que no fue feliz en realidad que vivía. Y Realista un siempre recto y seguro caminar hacia el progreso medicinal, socio-económico y tecnológico para un porvenir mejor y feliz para el hombre.

Teniendo como privilegiado al que primero nació, hablaremos primero de la corta vida pública de Romántico, en comparación con Realista. Aún no se tiene certeza este desapareció de la faz de la tierra desde el momento en el que se incomunicó de los pueblerinos o sigue sus andanzas en los hogares de distintas personas. Ya maduro, este primer hermano construyó su propio concepto de libertad. Junto con otros hombres deseosos de expresar y creer en lo que sus corazones dictaban, buscaron la salida de sus fantasías enfrentándose directamente con los primeros que les imponían autoridad y algún “orden”: El Estado. La mayor inspiración de Romántico fue cuando leyó “Los Bandidos” de Friedrich Schiller. Encontró personajes que le producían el sentimiento de tomar las armas e ir al encuentro de sus enemigos Dictadores. El levantarse y luchar, revolución contra los que les roban sus derechos como seres humanos y que en tiempos pasados tanto eran pronunciadas. Actos de pura pasión y valentía humana, provocaban que a Romántico le saltara el corazón de tan solo pensarlo. Querer basar al final la razón de sus actos en sus emociones. Además, en el momento en el que Carlos, el héroe del libro dijo: “-Pudieran por esto admirarme. (…) Recuerdo haber hablado (…). Se han ofrecido mil luises de oro a quien quiera que entregue al gran ladrón. Puedo servir a ese hombre.-” (pág. 162) Justo después de haber matado a su amada a causa de sus ideales y promesas, romántico concilió de que la muerte del ser humano y amada se justifica con el fin de querer salvar la vida de muchos. El sacrificio de la vida es el mayor acto de honor que Romántico cree que se puede realizar.

Y esta creencia la sujetó con las siguientes anotaciones: -¡En estos tiempos de incertidumbre para algunos y de realización del hombre, quiero que digan de nosotros: “que destacaban el valor del sentimiento y de intuición, (…) que descubrió la riqueza y fascinación del mundo medieval con sus grandiosas catedrales góticas, sus virtudes caballerescas (…).” (Ricardo Krebs, Historia Universal, pág. 362-363). Así es como deseo que nos recuerden!- Tomando un respiro y sin más qué observar, qué hacer, Romántico cae en la depresiva resolución de que todo lo que en realidad toca, muere, todo perece al fin y al cabo. El descubrir que al final todas esas revueltas contra el Estado no ayudaron en nada a cumplir sus metas, cayó en cuenta del decepcionante estado en el que estaba su entorno. No le gustaba la realidad que estaba obligado a vivir, por lo que, desconsolado, buscó esta libertad en sus adentros, en su interior. Para lograr una verdadera paz, buscó y buscó algo que en verdad le era inalcanzable. Desesperado, creó una realidad interior en la que pudiera encontrar respuestas, las que le eran ilimitadas (consoladoramente). Esta introspección y centralización de sus ser le llevo a , quizás sin querer, reunirse con filósofos de gran importancia para la Época en la que vivieron. Hegel le decía :” Es el infinito en devenir, la Razón y el Espíritu. En mi, pues Razón (…), Espíritu (…) e Idea (…) son términos sinónimos. Y los tres expresan la totalidad infinita y real.” (El infinito como Devenir, pág. 336). Se entusiasmó con estas ideas, las que luego hicieron surgir en él otras nuevas. Sabía que de este desgarramiento de la realidad, lo mejor era enfocarse en su interior, por ello continuó con estos estudios filosóficos intelectuales.

Esto lo llevo a aislarse de la realidad externa hasta el punto de solamente pensar, pensar en metas tan abstractas como lo eran sus pensamientos. Llegó a tal punto extremo que pensó que la solución más fácil y lógica para acabar con los problemas terrenales, como el hambre, la pobreza, la soledad, entre otros, era el suicidarse. ¿Para qué seguir viviendo en un mundo en donde nada es bello (no es eterno), en donde no se puede ser feliz si no tienes lo que quieres, si somos tan egoístas con nuestros propios hermanos…? ¿Dónde está siquiera su hermano? Llegó a pensar y reflexionar. Ya habían pasado largas temporadas desde la última vez que se habían visto.

Un día quiso un amigo de Romántico hacerle recordar “aquellos buenos tiempos” en los que lucharon por ellos y el pueblo, unidos por un mismo ideal de libertad. Intento inspirarlo nuevamente con la obra de arte “La Libertad guiando al pueblo” de Eugene Delacroix, diciéndole que no todo estaba perdido, que sí lograron algunas metas. Le dijo que quizás no debería sentirse tan identificado por las pasiones que muéstrale cuadro, que no fuera tan extremista. Pero quiso ser sincero y le dijo que igualmente se sentía orgulloso de él porque, al igual que en la obra, podia ver esa lucha por alcanzar lo inalcanzable o, mejor, lo difícil de conseguir, lo que le convierte en un ser titánico, invencible y ejemplo para el porvenir. Pero al terminar con estas palabras, se dio cuenta de que no estaba siendo lo suficientemente objetivo como para convencerlo.

Con el deseo de consolar esta amargura de su amigo, el compañero de Romántico le dijo que no se preocupase, ya que al final de sus días todo acabaría, y así sus problemas. Pero Romántico le respondió, más triste y melancólico, que a pesar de que en esos tipos de revueltas haya conocido incluso a su amor y compañera, en las mismas fue en donde la perdió. ¿Valía entonces la pena seguir luchando y seguir viviendo en un mundi en donde muere lo más lindo de la vida, el amor? Y más aún, siendo la razón de su pérdida el seguir sus ideales.

Estaba decidido. Quiso quitarse la vida, una y otra vez, pero nunca lo lograba. Sentía que aún le faltaba algo por presenciar en su vida.

Toc-Toc

Sonó la puerta de su hogar, la de Romántico. Preguntó quién es. Le respondió que era su hermano. ¿Que? Estaba alucinando. Abrió la puerta. Paf, una, dos, tres y cuatro bofetadas, arrebatos de verdad. Su hermano Realista había llegado. Romántico cayó al suelo. El menor le ayudo a levantarse. Se sentaron juntos. A Realista, Romántico le ofreció algo de tomar, fue a la cocina. Volvió extrañamente pálido, a lo que Realista no le dio mucha atención, pensando que seria a causa de la sorpresa causada. Se sentó el mayor y el menor le dijo: -¿Qué es lo que piensas que haces? Me han dicho que has intentado varias veces suicidarte. ¿Crees que así se solucionaran tus problemas? Que poco compromiso con tu sociedad. Aunque tu desaparezcas los dilemas del pueblo prevalecerán si no existen los creadores de una solución.- Fue una larga charla en donde hablaron un poco sobre sus proyectos y amistades. Después entendieron lo distintas que habían sido sus vidas y esto luego de que se separaron de su madre, bondadosa y llena de sueños de igualdad, fraternidad y libertad para sus hijos. Aquí es cuando Realista le dijo a su hermano Romántico que si no se dio cuenta, ella siempre había deseado que ellos, sus sucesores viviesen esa libertad y que luego la difundieran. Le explicó que con todas esas corrientes pasionales que él experimentó no se puede conseguir lo que tanto anhelaba y logran resultados poco firmes y se sujetaban de un pilar tan frágil y cambiante como lo son las emociones. Cada revolución en la que participó fueron un paso hacia atrás en la moral del hombre, que sinceramente no le ayudaría a cambiar las cosas como estaban, y ese deseo de cambiar estas cosas debería ser su impulso para seguir viviendo.
Le contó que en los tanto años que estuvieron separados, conoció y se instruyó con lecturas de autores reconocidos, como Benito Pérez Galdós. Le resumió rápidamente su libro favorito “Marianela”, en el que creyó encontrar un personaje con el que se identificó completamente, por tener el mismo deseo de seguir adelante, siempre adelante. Para mayor detalle, Realista le dedicó una cita a su hermano, la que narraba el momento del desenlace de la historia, en donde la protagonista, Marianela, está muriendo.
“Carlos: Misterio no, no (…) es la realidad pura, la desaparición súbita de un mundo de ilusiones. La realidad ha sido para él nueva vida, para ella ha sido dolor y asfixia, la humillación, la tristeza, el desaire, el dolor, los celos…, ¡la muerte!” (Benito Pérez Galdós, Marianela, pág. 204) Tristemente, Realista le reveló que quizá, así como le ocurrió a Marianela, el hecho de descubrir que en realidad nunca sería amado o escuchado, en el ambienten el que desarrolla sus ideales, este era razón para que cambie su enfoque, que tenia que entender que no todo lo que él demanda, o dice necesitar para ser satisfecho, el ser humano era capaz de ofrecer. Aquí es donde le contó que él, junto a otros grandes doctores, logró hacer un cambio: una mejora en la medicina. Progresaron no solo en sus áreas, y esto para el bienestar del hombre, y así lograron “una mejor alimentación y de los progresos de la medicina y de la higiene. Los hombres aprendieron a combatir científicamente la cólera, la viruela, el tifus y la tuberculosis y a eliminar los focos infecciosos.” (Ricardo Kreba, Historia Universal, pág. 388) Y muchas cosas más logro el hombre, deseoso de seguir adelante, siempre adelante, decía Realista. Otros grandes autores literarios hablaban de jóvenes criollos, decididos en empezar un estudio en sus países para luego emprender las mismas grandes hazañas de los grandes europeos, y en sus casos, aplicar la nueva medicina en su país, con el fin de mejorar el estado de vida del ser humano.

Cuando Realista ya veía que su hermano estaba quedándose dormido (o así lo parecía), extrañamente pálido, le trató de llamar la atención diciéndole lo mucho que había progresado él en sus estudios. Que en esos días, gracias a su estado económico, tiene más libertades: de voto, de expresión, le escuchaban debido a que sabían que había tenido que pasar realmente por un largo camino antes de ser lo que era, y así poder conseguir sus riquezas, tanto concretas como abstractas.

Le habló de Augusto Compte, con quién compartía el mismo ideal de progreso continuo y sin fin para logar cada día una mejor recepción para el ser humano n la tierra. Este filósofo “considera a la ciencia como guía única de la Humanidad y confía en un progreso indefinido (ideales formados de la Ilustración). Pero hay que notar que, entonces el valor de la ciencia queda subordinado a estos ideales humanitarios (función práctica del saber), y que la misma ciencia es relativizada históricamente (relativismo del saber).” (Positivismo, Augusto Compte, pág. 349) con estas palabras quiso Realista abrirle los ojos a su hermano deprimido, por la inseguridad generada por los inestables actos que acometió. Además de esto, el menor le quiso demostrar cuán poco productivas eran las prácticas de revolución. Salieron juntos, había empezado a nevar. Romántico parecía un copo de nieve más que cae del cielo para luego desaparecer en el suelo caliente de la tierra (hasta cierto punto). Realista se dio cuenta pero prefirió seguir. Vio a su hermano seguro de lo que hacía, por eso prefirió seguir el camino. Llegaron al museo de Artes. Realista llevó directamente a Romántico al cuadro “La Barricada” de Ernest Meissonier. Se sentaron frente al mismo. El menor le preguntó si sabia lo que hacían ahí. Romántico le respondió afirmativamente con un si, pero no dijo más, quizás por orgullo o porque simplemente no tenía más fuerzas para proseguir. Entonces, Realista le declaró que era por el medio crudo y triste pero real con el que se retrató la caída de unos cuantos rebeldes revolucionadores. Las atrocidades de las revoluciones, ¿para qué? Le explicó que no creía que ese afán de querer copiar lo que ocurre en esa realidad externa es por nada o para convencer de que era bella. Por el contrario. La triste, penosa y desaireada vida del que muere en las revueltas revolucionaras creen que mueren sin causa y gloria alguna. Muchos nuevos artistas comparten ese ideal de querer cuidar la naturalidad, tanto sana como desdichada, del hombre. Este es manifestado en obras artísticas, representando, muchas veces en esos tiempos, las tristeza del hombre marginado, destruido, desviado y desposeído.

Por esto y más quiso convencerlo de que le acompañase en ese camino que es incapaz de recorrer solo. Creyó que es posible, siendo persistente en sus ciencias, cambiar la sociedad y hacerla más justa y feliz… Miró a su hermano. Horror. Sintió cómo su corazón se estrujaba en su pecho al ver que su hermano yacía sentado a su lado, sin color, sin el respirar profundo y apasionado, la mirada constante y una sonrisa petrificada.

Tristeza sintió Realista, pero no por siempre. Nunca supo si de verdad había muerto Romántico. A veces creía verle entre las acaloradas caras de los jóvenes emprendedores esperanzados en ver una sociedad más justa, a veces teniendo esos actos tan locos como los tuvo alguna vez su hermano mayor en sus mejores momentos. De algún modo sabía que su hermano aun se encontraba entre los vivos, acompañando a todos esos corazones deseosos libertad.

Comprendió que era fundamental y trascendente continuar los progresos que estaba logando con su equipo y que así lograría la libertad que deseaba en su siglo XIX. Que estaba en lo correcto; de que el pilar que levanta para la transformación de su realidad, tanto interior como exterior, se lograría consumar y perfeccionar ya que tenía fe, mejor dicho por él, una suerte de consecuencias que le apoyaban. Que todo ese apoyo medio científico que aporta, en su caso, serían también importantes para la larga trascendencia de la felicidad del ser humano.

Se dio cuenta de que quizás Romántico no habría podido eclipsarse de su vida de otro modo ni momento. Tal vez su hermano mayor era un llamado de atención a la sociedad diciéndoles que jamás se pueden dejar de lado los sentimientos humanos, como ocurrió en tiempos pasados.

Por esto es que Realista abrió los ojos, vio en donde vivía y en que se había convertido su sociedad. Lo que quería hacer entonces era actuar.

Felizmente Realista sabe que sus proyectos de progreso de continuaron y continuaran incluso en los nuevos continentes, y que los ideales de libertad del hombre se seguirán instruyendo hasta el final de los tiempos.

Epílogo:
Afortunadamente Realista pudo observar en su país que sus sueños de progreso y libertad no se quedaban estancados en su solo país, sino que se propagaba incluso hacia el Nuevo Continente. Leyó una vez en le diario lo siguiente:
“El gobierno de José Miguel Carrera
El grupo de acaudillado por Carrera tiene en mente proclamar la independencia, y por ello se dio a la tarea de difundir la idea en las páginas de “La Aurora de Chile”.”
(Osvaldo Silva Galdames, Breve Historia Contemporánea de Chile, pág.128)
Supo desde aquel momento que ese afán de expresar y exigir propios y liberales realmente son seguidos por los criollos, gente igual que él, la que solamente difería por las tierras que defendían. Sabía que esto les traería el progreso tecnológico y científico, ya que ellos lo exigirían como derecho para un mejor vivir.
Mabel Carabelli, IIIº C, 2008
Compacto Cultural Romanticismo y Realismo

miércoles, 5 de noviembre de 2008

SEGISMUNDO EN SUS TINIEBLAS CLARAS.

¡Ay mísero de mí! En un lugar oscuro,
Sin delito yo sabido cometido, he vivido.
Para mí no tiene razón que para otro razonable es.
Época confusa, donde yo no hace poco
mi identidad conocía. Los sueños y apariencia
en mi historia, siempre presente están. Lo ilógico
para mí siempre existió. No encontraba
razón para mi alegría encarcelada. Poco contacto
he tenido con el exterior, si no fuera Clotaldo
el único que me ha hablado y enseñado algo
de ciencias. En mis momentos de dudas, yo
mis quejas he relatado. Para mi desgracia,
infelice he sido de mis quejas por otros escuchado.
Rosaura y Clarín muerte por mis labios
las palabras escuchado he de darles, mas no
hubo respuesta acción satisfactoria. Quejas yo
propias he de tener, cuya solución yo no puedo
entender. ¿Quién sabe mi acción para que
mi ser este castigo reciba? Razonable era para
todos menos para mí, ese encierro al cual yo
casi toda mi vida entregué. Preguntaos ustedes
¿Que ha pasado? Pues lógico y doloroso para
mí es. La libertad mi aliada infantil
nunca lo fue, viví en la muerte, oscuridad, felicidad,
crueldad, en mi vida la
tuve que encarnar sin saber por qué. Mi mente
confusa era el intentar entender mi vida. No encontraba
solución alguna. El tiempo mi aliado fue,
después de un tiempo mis acciones e ideas
claras se empezaban a ver. Mi existencia cobraba sentido
y mi odio por la injusticia también. He ido
enterándome de mi familia y mi castigo cuyo sentido
injusto es. Nací y mi condición dio indicios de
la muerte de mi madre. Odio y rencor he recibido por
parte del Rey, quien yo recién enterado por mi padre que
Basilio es. Mi encierro bajo su mando estuvo. No
tolero ni entiendo este poder de soberanía que posee
mi padre, si es digno de llamarlo así. “La soberanía
es un poder supremo sobre los ciudadanos y
súbditos no sometidos a las leyes” (La Monarquía
Absoluta en Europa, Ricardo Krebs, pág.22). Nadie
mejor que yo podría concretar con hechos reales
esta definición. He sido un estorbo para mi familia
y ahora que sé que me encerraron por la palabra
de mi padre, odio y rabia he de engendrar. Sus
palabras fueron: ”siendo el príncipe como os digo, por
lo que os amo, vasallos, os daré reyes más dignos de
la corona y el cetro; pues serán mis dos sobrinos,
que junto en uno el derecho de los dos, y convenidos
con la fe del matrimonio, tendrán lo que han merecido.”
(La vida es sueño, Pedro Calderón de la Barca, página 31).
Ese sueño para él, cumplido
ideal sería, pero yo como hijo del Rey tengo supremacía
del trono, más que mis primos. Ahora
tengo metas y sueños, mi vida torna a ser
racional y concreta. Debo persistir como lo hace
Don Quijote de la Mancha en su libro. Tengo
que desligarme del dolor, encontrar mi libertad.
Sufro por mi libertad como otros sufren por amor.
Mi sentimiento no tiene una explicación con palabra
clara yo podría decir, al igual que el amor.
“Desmayarse, atreverse, estar furioso
Áspero, tierno, liberal, esquivo
Alentado, mortal, difunto, vivo,
Leal, traidor, cobarde, animoso”
(Soneto amoroso, Lope de Vega)
Mi cólera en este momento es como el amor, confuso,
claro, inexplicable, pero explicable. Son sentimientos que solo
las acciones lo demuestran y explican. Mi padre creó
este odio en mí, su influencia en el poder, en mí
ha recaído, si bien:” Los reyes debían estar investidos de
poderes absolutos para poder mantener la paz y la justicia.”
(Ricardo Krebs, El Absolutismo en Francia y la Formación
de la Monarquía Parlamentaria en Inglaterra, pág, 275).
Mi padre aparenta para el pueblo un orden
desordenado, cuyo propósito es alejarme a mí de mi
trono y gobierno. Lazos miserables creados entre nosotros
existen. Mi nacer peligro para mi
padre he de traer. Relaciones nunca acabadas
ni armadas, destruyéndose por delito, cautiverio,
pobreza y miseria han empezado. Mi poder
he solicitado, mi soberanía he querido. Todo con
pequeños costos de valor y astucia irracionales, como
muertes de vasallos he dado. Todo esto confuso para
mí ha sido. Poca claridad y verosimilitud he
tenido y confiado. He aquí mi angustia sobre la
realidad y consigo, las apariencias engañosas
del Barroco. Yo he de confirmarme con la realidad
de mi existencia como un gran y eterno
sueño. Mi experiencia, sabiduría a mí me ha dado por
lo que un buen gobierno bajo mis menos he creado.

Valeria Ripoll. IIº C, 2008

domingo, 2 de noviembre de 2008

Monólogo de Dulcinea

Desde un lugar de la Mancha, diciembre 1605

Querido Lazaro:

Lo más posible es que vos no me conoscáis y, con el debido respeto me presento. Yo soy la señora Dulcinea del Toboso, conocida por ser la doncella más hermosa de las hermosas, que gracias a mi eterno enamorado, mi señor Don Quijote de la Mancha, junto con su caballo, su rocín Rocinante, honrábase mi nombre antes de cada batalla y aventura, siendo éstas las más feroces, que todo hombre en la faz de la tierra, utilizando su razonamiento y memoria, puedan recordar. Como bien has de saber, yo te escribo, en este preciso momento porque yo a ti sí te conozco, conozco tus aventuras y las trampas que has realizado y permíteme decirte, pícaro y astuto Lazarillo, que gracias a ti he podido abrir los ojos, gracias a ti he aprendido a ver nuevamente, me sanaste de mi eterna ceguera que desde siempre no me permitía ver lo que realmente estoy viviendo ahora. Me permitiste darme cuenta de cómo es España en verdad, de la confusión que existe en la sociedad y de la mseria en la que se encuentra nuestro pueblo. Yo antes creía plenamente en la monarquía, y que todo bajo un mismo orden y un mismo poder se encontraba en una perfecta armonía, y que todo era tan claro; pero esa claridad sombría era la que generaba que mi mirada no pudiera ver la realidad tal cual es. Pero en todo caso, ¿qué es la realidad, sino un juego de apariencias engañosas?

Como ya te dije anteriormente sobre la monarquía, me gustaría extenderme más, para poder así, de esta manera, explicarte todo lo que ahora soy capaz de entender, gracias a ti, mi querido Lazarillo. Como tú ya bien deberías saber, el hecho de que se utilice la monarquía absoluta, significa que todos estamos gobernados bajo el poder de un solo soberano, bajo una misma ley y bajo una misma fe; es posible que no sepas por qué se generó este tipo de organización, por lo que me daré el tiempo de explicarte. “La monarquía absoluta se formó en oposición contra las potencias universales y los poderes locales, el Papado, el Imperio y los señores feudales que habían dominado en la Edad Media” (La Monarquía Absoluta en Europa, Ricardo Krebs, pág. 21). Mediante esta oposición, se quiso imponer este solo orden, que aparentemente generaba un equilibrio ideal en la sociedad, pero que en verdad no es así, por ti y por tus acciones y también gracias al intento de mi amor Don Quijote por salvar la decadente sociedad nuestra, me di cuenta que todo es caos y desorden, que simplemente se cubre con el disfraz del orden para crear esta realidad aparente de que todo está bien. En el fondo de todo este disfraz engañoso, se encuentra la pobreza y la miseria, la confusión religiosa y la decadencia de España, que tanto se quiere esconder. Yo sé que algunos piensan que Don Quijote está loco, que después de tanto leer perdió la razón, que de un momento a otro “llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros (…) y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquellas sonadas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo” (El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes, pág. 100). Pero eso es exactamente igual a lo que le pasa a las personas, como por ejemplo a mí, que de alguna manera perdemos la razón creyendo ciegamente en una supuesta verdad, que en este caso sería la del orden que produce la monarquía, por esto creemos que no hay nada más cierto en el mundo, que el perfecto orden que la monarquía genera. Pero ya me desperté de ese sueño que me entregaba esa verdad aparente y te lo agradezco ahora y mil veces. Aunque igual a veces siento que no estoy completamente despierta de este sueño de apariencias engañosas y confusas, siento que vivo en un sueño, una pesadilla interminable, muy parecido a lo que le pasaba a Segismundo, personaje de la obra “La Vida es Sueño”, en la que él, encerrado en una torre toda su vida, de un momento a otro se ve envuelto es una realidad completamente distinta a la suya, lo que genera esta confusión sobre si su vida es o no más que un simple sueño eterno.

Me hubiera gustado darme cuenta antes de esto, pero al parecer yo no soy verdaderamente una dama, ni tampoco alguien noble, ni una mujer hermosa, creo que me perdí en mi imaginación al momento en que supe que un hidalgo caballero se había enamorado de mí; al parecer desperté de esta hermosa pesadilla en la que estuve mientras dormía despierta, lejos de darme cuenta que no soy nada más que una simple campesina. Ahora lo recuerdo todo… ya sé quién soy. Soy una mujer atormentada por la decadencia de España, afectada por la pobreza y la miseria. Tal vez la razón por la que haya pensado que era otra, fue porque quise imaginar una realidad mejor, que en realidad no existe. Todo era tan bueno que no podía ser verdad. En realidad, después de que España perdió el monopolio de los mares, no quedó nada más que hacer, que esperar que las pobres riquezas que existían, desapareciesen sin dejar rastro. “La eliminación de la empresa española, en el mercado mundial, estaba consumada inevitablemente (…) el alza de precios, desprecio del trabajo manual, exceso de vocaciones religiosas, el abandono de la agricultura, etc. -, representan, en verdad, aspectos de una misma realidad. Todas son, al mismo tiempo causas y efectos en la crisis general de nuestra sociedad” (Historia de España, Pierre Vilar, pág. 70). La decadencia era inevitable, y yo que no me daba cuenta de nada; qué tonta fui. Por lo menos, logré desenmascarar la verdad y espero que todos lo hagan alguna vez; no es bueno vivir en un sueño eterno, en el que se muestra algo bueno que verdaderamente nunca estuvo ahí.

Ahora lo último que me di cuenta, es que la realidad no es más que un juego de apariencias engañosas, la monarquía absoluta no es más que una herramienta para ocultar el caos de una sociedad en decadencia, que lo único que hace es crear un disfraz de apariencias, mientras que todo debajo de él es confusión y desorden, y que también lo único que se intenta esconder es que la población vive en la miseria y pobreza. Como yo…, te agradezco una última vez, Lazarillo, por abrirme los ojos ciegos que tenía y hacer que me diera cuenta que la vida veces no es nada más que una simple ilusión “que el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y que los sueños, sueños son” (La Vida es Sueño, Pedro Calderón de la Barca, pág.65)

Se despide completamente agradecida,
Aldonza Lorenzo
Camila Fernández, IIº C, 2008