“Vuelvo a casa vuelvo compañera,
vuelvo a renacer amado pueblo,
vuelvo a vivir en mi país”
“Vuelvo” Illapu
vuelvo a renacer amado pueblo,
vuelvo a vivir en mi país”
“Vuelvo” Illapu
“Morir por pensar diferente”. Ese es el título que se me vino a la mente para el siguiente ensayo. Después de haber trabajado un tema como la guerra durante el siglo XX, empecé a pensar en el tema “actual”, donde yo tuviera una opinión formada también, que iba a trabajar. Muchas ideas me pasaron por la mente pero finalmente comprendí que en toda guerra se ve siempre lo mismo. Ya sea esta una guerra civil, una ideológica o una entre dos superpotencias a nivel mundial, siempre tienen algo en común. A lo que me refiero con esto es que lo que una guerra siempre deja, aparte de la destrucción, es pobreza, orfandad, donde niños y familias pierden a uno o varios de sus seres queridos.
El tema central de este ensayo será el por qué gente que no ve en la violencia el camino de salida, es perseguida y encerrada, privada de sus derechos naturales y esenciales y es torturada, en algunos casos hasta la muerte. Sin embargo el enfoque que quiero dar no es político, mi idea no es buscar al culpable o algo por el estilo, sino más bien dar conocer quizá los temores, los problemas que quedan en estas personas que han sufrido la persecución política. Como es que un joven de quizás mi edad, es exiliado del país y tiene que empezar una vida solo en otro país, sin el apoyo de su familia, amigos, “polola”. ¿Cómo se adapta a otro tipo de vida?, ¿cómo surge?, ¿quedan síntomas o rastros de las torturas? Pretendo lograr con este ensayo que se vea una realidad que normalmente uno no se pregunta. Y finalmente lo que quiero demostrar es mi punto de vista y mi opinión acerca de esto, y que es lo que significa para mí.
Más que nada, haré alusión a lo que sucedió en Chile durante el régimen militar. En los años comprendidos entre 1973 y 1991, se dio en Chile un suceso muy extraño. Ciudadanos de este mismo país no tenían permitido el ingreso. Hasta que finalmente el año 1991 se dio el permiso a los últimos exiliados para que pudiesen ingresar al país.
Desde el año 73 en adelante, se rompe la constitucionalidad de Chile y se somete al país a una brutal dictadura, al mando del entonces comandante en jefe del ejército de Chile Augusto Pinochet. Él toma el poder un 11 de septiembre (1973), luego de bombardear la casa de gobierno, La Moneda, donde estaba el entonces presidente democráticamente electo por la ciudadanía, Salvador Allende, quien al no encontrar otra salida prefiere suicidarse que morir a manos de un dictador.
Después de tomar el poder por la fuerza empieza en Chile un periodo de represión en el cual el ciudadano común y corriente ya no puede expresar sus ideas con libertad. Un periodo en el cual la sociedad está con toque de queda y donde eres perseguido sólo por pensar diferente.
1973 un año marcado por la tragedia. Es este mismo año donde muere el famoso poeta y premio Nóbel de Literatura Pablo Neruda. Él fue una de las voces más altas de la poesía mundial. Él, errante y clandestino al redactar este poema, le canta en su poema “Canto General” a sus compatriotas anónimos y a la fraternidad con los humildes y oprimidos. Es por esto que “Canto General” se convierte en una de las obras maestras de Neruda y de la literatura de la lengua española.
Neruda muere el 23 de septiembre en Isla Negra, en medio de la tragedia que ha cubierto a Chile y mientras los golpistas queman y destruyen sus libros, saquean La Chascona y La Sebastiana y torturan y asesinan a sus amigos.
Bajo torturas mataron al cantautor nacional Víctor Jara, quien con sus canciones daba a conocer la injusticia social, proponía un mundo justo donde todos tuvieran cabida y por sus canciones fue torturado hasta la muerte. Es con cantautores como éste que encontramos en nuestra rica música chilena, canciones como por ejemplo “Vuelvo” de Illapu en la cual se demuestra el claro sentimiento que sienten la mayoría de los exiliados políticos al recibir la orden en la cual se les permite la entrada al país nuevamente. Vuelve a su tierra natal, con sus compañeros nuevamente, pero lo más importante como lo dice la canción: “vuelvo a vivir a mi país”.
El golpe de estado en Chile afectó a toda la sociedad transversalmente. Muchas familias sufrieron la muerte, la tortura y el exilio. La mía no es una excepción.
Si yo nací en Bremen no es casualidad. Mi padre con 16 años de edad fue tomado prisionero, torturado, estuvo desaparecido durante meses y finalmente fue expulsado del país con 19 años de edad. ¿Podía un joven de 16 años ser peligroso para el país por pensar diferente? ¿Por querer una sociedad mejor para todos, con igualdad?
Esas preguntas me vienen a la mente una y otra vez.
Una vez en Alemania, él pudo plasmar las experiencias vividas bajo torturas y encierro en diferentes libros como “Diasporero”, “Habitar Fronteras” y “Bitácora”. En estos libros escritos en prosa, mi padre hace un recorrido por la historia desde el 73 en Chile, luego el exilio en Alemania y así puedo darme cuenta de dónde provengo y cómo esta realidad familiar es semejante a tantas otras que vivieron lo mismo y tan diferente a la realidad de los que nunca salieron del país y tuvieron que enfrentar día a día la oscuridad de una dictadura brutal.
Pienso en esas familias que no tuvieron la “suerte” como la mía de sobrevivir a todo esto, sino que hasta el día de hoy buscan una respuesta a la desaparición de sus seres queridos. Una y otra vez me cuestiono qué es lo que sentirán estas personas y cuál fue el error de esas personas que desaparecieron y fueron torturadas. ¿Sólo el hecho de pensar diferente a al régimen que tomo el poder?
El sentimiento de ser expulsado del país lo vivieron muchas personas, en su mayoría músicos, literatos, verdaderos intelectuales, como también gente común y corriente que simplemente se atrevía a expresar sus ideas. Entre los músicos exiliados del país tenemos que destacar la labor de “Los Jaivas”, quienes tras su exilio en París, expusieron, a través de la música, de sus líricas y su ritmo, la cultura chilena y el periodo que se estaba viviendo en Chile.
Luego del paso del tiempo empecé a entender las raíces de mi familia, comprendí el por qué de mi nacimiento en Alemania, me di cuenta de lo rico como persona que me hacía el hecho de haber vivido en el extranjero y muchas cosas más. Entendí que lo importante es tener un pensamiento propio, y no dejarse influenciar por las masas. Sin embargo lo que más me marcó, sin duda, fue el hecho de que a sus cortos 16 años mi padre haya sido torturado y haya estado desaparecido. En el momento que supe eso, que justamente también fue a mis 16 años de edad, comprendí la importancia de la vida y comencé a mirar todas las cosas de manera distinta.
Tengo que admitir que el hecho de haber escrito este ensayo confesional me ha hecho plasmar en palabras algo que nunca había expresado antes. Historias que pensé solo quedarían dentro de mi familia, pero que sin embargo hoy en día me siento con la madurez suficiente como para darlas a conocer.
Muchas son las historias que he escuchado acerca de este tema. La mayoría de las veces están siempre cargadas hacia un solo pensamiento político. Pero lo que más rescato es la filosofía de vida que aprendí gracias a esto. Fue una enseñanza de mi padre que me quiso inculcar: ser un libre pensador por al vida. No cometer los mismos errores que él cometió. Nunca irse a un extremo, da lo mismo cuál sea, ya que los extremismos siempre llevan a fin negativo. Poniendo el ejemplo de las dictaduras tenemos tanto las fascistas, como las comunistas.
Sin embrago, no importa la ideología, ninguna de las dos perdura, ya que los extremos no llevan a un buen fin. La gran diferencia entre las dictaduras comunistas y facista, es que la fascista muere junto con el dictador, mientras que la comunista queda en el pueblo. Así es como lo explicaba en un libro que leí. Por eso con una filosofía librepensadora, pretendo no atarme a ningún tipo de religión ni ideología, sino que siempre tener mi propio punto de vista, y mi propia opinión que no sea influenciada por la masa.
Según mi punto de vista lo fundamental de este trabajo es la reflexión que uno puede hacer consigo mismo para así después escribir sus pensamientos mas profundos, sus opiniones y finalmente aclarar que no solo somos unas cáscaras vacías, sin opinión, ni sentimientos. Sino que somos personas completamente integras, a nuestros 18 años, con una gran capacidad de crítica y opinión, que sin importar la diferencia de pensamientos, creencias o religiones vamos a discriminar a otro. Después de haber estudiado más de 12 años en el colegio, puedo finalmente decir que es un colegio muy rico en experiencias. Hay una gran diversidad cultural, que no se ve en otros colegios particulares de al V región. Esto lleva a al encuentro entre alumnos que vienen de distintas realidades, los que mayoritariamente influenciados por los pensamientos de sus familias, empiezan poco a poco su opinión que es completamente valida para todo el mundo. Esto da al alumno una visión más amplia, en donde no hay represión y cada uno es libre de decir lo que piensa.
Finalmente cabe destacar también lo que significa para los alumnos el proyecto humanidades. Esto es fundamental para el desarrollo de aptitudes básicas para nosotros los alumnos, tales como la capacidad de crítica, la comprensión de lectura y el trabajo en equipo.
Espero, a través de este ensayo, no haber molestado a ninguna persona que lo lea. Lo único que quise hacer y para lo que me sirvió, fue para poder expresar y plasmar en el papel cosas e ideas que nunca antes hubiese plasmado en papel.
Gracias.
Normán Cortés Ramírez
Noviembre de 2006
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