¡Ay mísero de mí! En un lugar oscuro,
Sin delito yo sabido cometido, he vivido.
Para mí no tiene razón que para otro razonable es.
Época confusa, donde yo no hace poco
mi identidad conocía. Los sueños y apariencia
en mi historia, siempre presente están. Lo ilógico
para mí siempre existió. No encontraba
razón para mi alegría encarcelada. Poco contacto
he tenido con el exterior, si no fuera Clotaldo
el único que me ha hablado y enseñado algo
de ciencias. En mis momentos de dudas, yo
mis quejas he relatado. Para mi desgracia,
infelice he sido de mis quejas por otros escuchado.
Rosaura y Clarín muerte por mis labios
las palabras escuchado he de darles, mas no
hubo respuesta acción satisfactoria. Quejas yo
propias he de tener, cuya solución yo no puedo
entender. ¿Quién sabe mi acción para que
mi ser este castigo reciba? Razonable era para
todos menos para mí, ese encierro al cual yo
casi toda mi vida entregué. Preguntaos ustedes
¿Que ha pasado? Pues lógico y doloroso para
mí es. La libertad mi aliada infantil
nunca lo fue, viví en la muerte, oscuridad, felicidad,
crueldad, en mi vida la
tuve que encarnar sin saber por qué. Mi mente
confusa era el intentar entender mi vida. No encontraba
solución alguna. El tiempo mi aliado fue,
después de un tiempo mis acciones e ideas
claras se empezaban a ver. Mi existencia cobraba sentido
y mi odio por la injusticia también. He ido
enterándome de mi familia y mi castigo cuyo sentido
injusto es. Nací y mi condición dio indicios de
la muerte de mi madre. Odio y rencor he recibido por
parte del Rey, quien yo recién enterado por mi padre que
Basilio es. Mi encierro bajo su mando estuvo. No
tolero ni entiendo este poder de soberanía que posee
mi padre, si es digno de llamarlo así. “La soberanía
es un poder supremo sobre los ciudadanos y
súbditos no sometidos a las leyes” (La Monarquía
Absoluta en Europa, Ricardo Krebs, pág.22). Nadie
mejor que yo podría concretar con hechos reales
esta definición. He sido un estorbo para mi familia
y ahora que sé que me encerraron por la palabra
de mi padre, odio y rabia he de engendrar. Sus
palabras fueron: ”siendo el príncipe como os digo, por
lo que os amo, vasallos, os daré reyes más dignos de
la corona y el cetro; pues serán mis dos sobrinos,
que junto en uno el derecho de los dos, y convenidos
con la fe del matrimonio, tendrán lo que han merecido.”
(La vida es sueño, Pedro Calderón de la Barca, página 31).
Ese sueño para él, cumplido
ideal sería, pero yo como hijo del Rey tengo supremacía
del trono, más que mis primos. Ahora
tengo metas y sueños, mi vida torna a ser
racional y concreta. Debo persistir como lo hace
Don Quijote de la Mancha en su libro. Tengo
que desligarme del dolor, encontrar mi libertad.
Sufro por mi libertad como otros sufren por amor.
Mi sentimiento no tiene una explicación con palabra
clara yo podría decir, al igual que el amor.
“Desmayarse, atreverse, estar furioso
Áspero, tierno, liberal, esquivo
Alentado, mortal, difunto, vivo,
Leal, traidor, cobarde, animoso”
(Soneto amoroso, Lope de Vega)
Mi cólera en este momento es como el amor, confuso,
claro, inexplicable, pero explicable. Son sentimientos que solo
las acciones lo demuestran y explican. Mi padre creó
este odio en mí, su influencia en el poder, en mí
ha recaído, si bien:” Los reyes debían estar investidos de
poderes absolutos para poder mantener la paz y la justicia.”
(Ricardo Krebs, El Absolutismo en Francia y la Formación
de la Monarquía Parlamentaria en Inglaterra, pág, 275).
Mi padre aparenta para el pueblo un orden
desordenado, cuyo propósito es alejarme a mí de mi
trono y gobierno. Lazos miserables creados entre nosotros
existen. Mi nacer peligro para mi
padre he de traer. Relaciones nunca acabadas
ni armadas, destruyéndose por delito, cautiverio,
pobreza y miseria han empezado. Mi poder
he solicitado, mi soberanía he querido. Todo con
pequeños costos de valor y astucia irracionales, como
muertes de vasallos he dado. Todo esto confuso para
mí ha sido. Poca claridad y verosimilitud he
tenido y confiado. He aquí mi angustia sobre la
realidad y consigo, las apariencias engañosas
del Barroco. Yo he de confirmarme con la realidad
de mi existencia como un gran y eterno
sueño. Mi experiencia, sabiduría a mí me ha dado por
lo que un buen gobierno bajo mis menos he creado.
Sin delito yo sabido cometido, he vivido.
Para mí no tiene razón que para otro razonable es.
Época confusa, donde yo no hace poco
mi identidad conocía. Los sueños y apariencia
en mi historia, siempre presente están. Lo ilógico
para mí siempre existió. No encontraba
razón para mi alegría encarcelada. Poco contacto
he tenido con el exterior, si no fuera Clotaldo
el único que me ha hablado y enseñado algo
de ciencias. En mis momentos de dudas, yo
mis quejas he relatado. Para mi desgracia,
infelice he sido de mis quejas por otros escuchado.
Rosaura y Clarín muerte por mis labios
las palabras escuchado he de darles, mas no
hubo respuesta acción satisfactoria. Quejas yo
propias he de tener, cuya solución yo no puedo
entender. ¿Quién sabe mi acción para que
mi ser este castigo reciba? Razonable era para
todos menos para mí, ese encierro al cual yo
casi toda mi vida entregué. Preguntaos ustedes
¿Que ha pasado? Pues lógico y doloroso para
mí es. La libertad mi aliada infantil
nunca lo fue, viví en la muerte, oscuridad, felicidad,
crueldad, en mi vida la
tuve que encarnar sin saber por qué. Mi mente
confusa era el intentar entender mi vida. No encontraba
solución alguna. El tiempo mi aliado fue,
después de un tiempo mis acciones e ideas
claras se empezaban a ver. Mi existencia cobraba sentido
y mi odio por la injusticia también. He ido
enterándome de mi familia y mi castigo cuyo sentido
injusto es. Nací y mi condición dio indicios de
la muerte de mi madre. Odio y rencor he recibido por
parte del Rey, quien yo recién enterado por mi padre que
Basilio es. Mi encierro bajo su mando estuvo. No
tolero ni entiendo este poder de soberanía que posee
mi padre, si es digno de llamarlo así. “La soberanía
es un poder supremo sobre los ciudadanos y
súbditos no sometidos a las leyes” (La Monarquía
Absoluta en Europa, Ricardo Krebs, pág.22). Nadie
mejor que yo podría concretar con hechos reales
esta definición. He sido un estorbo para mi familia
y ahora que sé que me encerraron por la palabra
de mi padre, odio y rabia he de engendrar. Sus
palabras fueron: ”siendo el príncipe como os digo, por
lo que os amo, vasallos, os daré reyes más dignos de
la corona y el cetro; pues serán mis dos sobrinos,
que junto en uno el derecho de los dos, y convenidos
con la fe del matrimonio, tendrán lo que han merecido.”
(La vida es sueño, Pedro Calderón de la Barca, página 31).
Ese sueño para él, cumplido
ideal sería, pero yo como hijo del Rey tengo supremacía
del trono, más que mis primos. Ahora
tengo metas y sueños, mi vida torna a ser
racional y concreta. Debo persistir como lo hace
Don Quijote de la Mancha en su libro. Tengo
que desligarme del dolor, encontrar mi libertad.
Sufro por mi libertad como otros sufren por amor.
Mi sentimiento no tiene una explicación con palabra
clara yo podría decir, al igual que el amor.
“Desmayarse, atreverse, estar furioso
Áspero, tierno, liberal, esquivo
Alentado, mortal, difunto, vivo,
Leal, traidor, cobarde, animoso”
(Soneto amoroso, Lope de Vega)
Mi cólera en este momento es como el amor, confuso,
claro, inexplicable, pero explicable. Son sentimientos que solo
las acciones lo demuestran y explican. Mi padre creó
este odio en mí, su influencia en el poder, en mí
ha recaído, si bien:” Los reyes debían estar investidos de
poderes absolutos para poder mantener la paz y la justicia.”
(Ricardo Krebs, El Absolutismo en Francia y la Formación
de la Monarquía Parlamentaria en Inglaterra, pág, 275).
Mi padre aparenta para el pueblo un orden
desordenado, cuyo propósito es alejarme a mí de mi
trono y gobierno. Lazos miserables creados entre nosotros
existen. Mi nacer peligro para mi
padre he de traer. Relaciones nunca acabadas
ni armadas, destruyéndose por delito, cautiverio,
pobreza y miseria han empezado. Mi poder
he solicitado, mi soberanía he querido. Todo con
pequeños costos de valor y astucia irracionales, como
muertes de vasallos he dado. Todo esto confuso para
mí ha sido. Poca claridad y verosimilitud he
tenido y confiado. He aquí mi angustia sobre la
realidad y consigo, las apariencias engañosas
del Barroco. Yo he de confirmarme con la realidad
de mi existencia como un gran y eterno
sueño. Mi experiencia, sabiduría a mí me ha dado por
lo que un buen gobierno bajo mis menos he creado.
Valeria Ripoll. IIº C, 2008
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